En 1861 existía en Irun un casino llamado La Aurora , instalado en un edificio de una planta adosado a la casa Bordatxuri de la plaza de San Juan.
En las veladas de la agrupación La Aurora , amenizadas por un cuarteto de aficionados, se charlaba, se bailaba y se tomaban inofensivos refrescos.
Ignoramos las causas y la fecha de la desaparición de este casino.
Poseemos en cambio más noticias sobre una sociedad de recreo llamada La Fraternidad. En la memoria de constitución se explicaba minuciosamente lo que iba a ser esta sociedad: un casino popular con local capaz y decente con departamentos para sus reuniones y cuantos elementos de recreo y ciencias sean compatibles con su voluntad y fondos. Los socios se obligaban a respetar los acuerdos de la junta directiva, a leer en voz baja en el gabinete de lectura, sin suscitar conversaciones que alteren el silencio que en dicho punto debe reinar; a no jugar sino a los juegos permitidos por las leyes; a reponer los daños en los muebles y efectos, no siendo marcadamente involuntarios; a discutir con moderación y templanza, si verter palabras ofensivas a otra persona y sin que degenere la discusión en disputa.
En el reglamento de La Fraternidad se citan los juegos de moda en aquellos tiempos: tresillo, malilla, ilustrado, solo, tute, dominó, damas y ajedrez.
No debió señalarse este casino por su vida próspera y hasta sospechamos que el no haber encontrado atmósfera propicia en Irun pudo deberse a su carácter político.
Su presidente, J. Cantillo, natural de Valladolid, era un empleado del ferrocarril, significado propagandista de ideas revolucionarias, poco gratas en el ambiente irunés de mediados del siglo XIX.